Aplicar la eutanasia a tu mejor amigo peludo, es una de las decisión más difíciles de tomar, que en ese momento surgen dudas, remordimientos y culpas.
Pero debemos considerar que la finalidad de la eutanasia es evitar el sufrimiento prolongado de tu mascota. Es una acción completamente ética, ayuda a tu amiguito a aliviar el sufrimiento y tener una tranquila y buena muerte.
Es importante que antes de que tomes alguna decisión, te apoyes en tu veterinario así podrá ayudarte a identificar las señales de si tu mascota está sufriendo y sobre todo si la calidad de vida ha disminuido, recuerda que nuestros queridos amiguitos son maestros en ocultar los dolores, por lo que es importante te apoyes en estudios, análisis y diagnóstico médico.
Existen dos tipos de eutanasia:
Eutanasia activa – consiste en administrar vía intravenosa una combinación de sedante con analgésico, dejando inconsciente a la mascota, para posteriormente administrarle un anestésico que hará efecto en el cerebro, pulmones y corazón.
Eutanasia pasiva – esta consiste en evitar cualquier tipo de tratamiento que alargue la vida de tu mascota sabiendo que este no podrá recuperarse y que acelera la muerte de forma natural para evitar mayor sufrimiento.