Tijuana, B. C.,17 de febrero de 2019. Quiero comenzar dedicando las siguientes líneas de agradecimiento a los miembros de la Agrupación Política de Baja California, así como a los distinguidos integrantes de la Asociación de Exalumnos de la UNAM en Baja California, por la gentileza de invitarme a sus respectivas sesiones para exponer mi investigación relativa a las administraciones públicas en Tijuana. Para ser franco, el mayor beneficiado fui yo, pues las aportaciones de la audiencia nutrieron y fortalecieron mis líneas de investigación, la cual, por cierto, dio como resultado la publicación de un libro que será presentado en breve.
Por otra parte, y luego de una larga espera, “volvimos a las andadas” y acepté la generosa invitación que me hizo el periodista Juan Manrique para participar periódicamente en su programa “Hablando de…”; en mi caso, hablando de política. El tema central del primer programa fueron las precampañas electorales y, como en botica, hubo de todo. Hablamos de partidos, alianzas formales y discretas, perfiles y estilos, por ello mencioné que a mí me enseñaron que existen tres tipos de campaña: las que se hacen para ganar, aquellas destinadas a la derrota y para posicionarse.
Aunque también he aprendido que existen las campañas que llamo “de placer”, aquellas cuyo mayor propósito es hacer “apreciar” la fotografía del candidato(a) en una cartelera o en las redes sociales. En la actualidad estas últimas abundan, pues existen aspirantes deseosos distribuir masivamente su imagen, incluidas las redes que automáticamente almacenan las fotografías en el teléfono móvil. “Mucho ruido y pocas nueces”, dirían mis abuelos; sobra ego y falta talento, pensaríamos otros.
También me referí, como lo hago ahora, a la necesidad de que el periodo del próximo gobierno estatal se mantenga en dos años, ello para conservar su objetivo primordial: contrarrestar el abstencionismo tradicionalmente registrado en las elecciones intermedias. Aunque nunca falta quien se frote las manos y aspire a ampliarla para “servirse con la cuchara grande”, mil disculpas, quise decir que “servir es lo más importante”.
Claudia Ruiz Massieu, presidente nacional del PRI, estuvo en Tijuana. El furor y la expectativa no fue mayúscula, pero quedó de manifiesto que la esperanza y, sobre todo, la convicción tricolor se mantiene encendida en Baja California. Ello, a pesar de quienes renunciaron a su militancia y “casualmente” encontraron la redención en la Zona Río, casi esquina con la rotonda de Abraham Lincoln. Durante su visita, la también senadora atestiguó la entrega de la Plataforma Electoral 2019, presentada por el presidente estatal de la Fundación Colosio, Andrés Garza. Un manifiesto público de franca reconciliación con la sociedad y en consonancia con el origen del partido, esa es la intención.
Esta semana dejé “descansar” al “pobre” del presidente López, porque ya me han reclamado mucho sus simpatizantes. Sin embargo, es importante recordar que, aunque nos duela aceptarlo, aun no vivimos en una República Ideal, sino en una que busca consolidarse, y no gracias a un líder mesiánico, sino a la participación plural, respetuosa y objetiva de todos los ciudadanos.
Post Scriptum. “Sepulcros blanqueados y raza de víboras”, Felipe Calderón