Los días transcurren, las semanas se desgastan y los años se acumulan, el tiempo pasa irremediablemente y uno no siempre sabe que hacer con el, esta idea de matar el tiempo no es de pronto la mas sabia pero a veces es un proceso necesario, este deporte de desperdiciar la vida es a veces cuestión obligada y poco o nada tiene que ver con el hecho de si nuestra actividad es “productiva” o no… que es productivo? Que queremos producir? Podría decirse finalmente que cualquier actividad es igual de inútil si no nos acerca o encamina en la dirección en la que queremos avanzar.
La vida digital, las extensiones sociales en los universos virtuales y hasta las horas “ociosas” de navegación e investigación en la red son desdeñadas por muchos como actividades en absoluto productivas, calificadas como inútiles, ociosas y hasta dañinas, productoras de vicios, aflicciones y obsesiones. Cierto es también que somos nosotros y no las cosas que hacemos las que definen una intención y una dirección, los humanos tendemos invariablemente a ser adictos a algo, a mantenernos ocupados, a “escaparnos” de la realidad y entregar nuestro tiempo a pasatiempos que mal administrados pueden sacar nuestra perspectiva de proporción.
Entre todas las cosas que se han escrito y opinado acerca de Internet, los juicios morales son uno de los temas recurrentes y terreno fértil para discusiones acaloradas entre bandos contrarios que jamás alcanzan conclusiones, los temas sociales y humanos son así, dan espacio para todo tipo de conjeturas y pocas conclusiones absolutas, dejando de lado la parte técnica es necesario admitir que Internet es una gran plataforma social que poco o nada tiene de virtual en lo que a relaciones y temas humanos se refiere, de ahí que la respuesta de sus habitantes tiende a ser binaria con respecto a si les gusta o no invertir sus vidas en el metaverso.
Internet, es un medio de comunicación, es una plataforma de desarrollo, es una existencia dentro de otra, es muchas cosas que quedan aún por definir y habrá tantos puntos en contra y a favor como el resto de los temas que saturan nuestros intereses como especie dominante, los humanos somos famosos por no saber ponernos de acuerdo a tiempo, lo cierto es que la tecnología aplicada no es una cuestión de ciencia ficción, es el futuro de la vida y la comunicación.