Tres oficiales mayores, tres secretarias de Bienestar, dos secretarios de Hacienda…No, no se trata de una lista de deseos o de una cartita para Santa Claus en plena primavera, sino de los constantes cambios en el gabinete de Jaime Bonilla, gobernador de Baja California desde hace -apenas- seis meses.
Así de inconsistente se advierte este gobierno estatal, muy a pesar de los intentos del secretario de Gobierno por congraciarse -aún más- con su jefe. Hablando del “primero de abordo” en la embarcación bonillista, que alegría da corroborar que, del tan grave estado de salud que padeció hace unas semanas, no quede más que el ingrato recuerdo. Su recuperación fue tan fugaz, como la “investigación” que abrieron en contra de los famosos #LordMoches, donde, por cierto, salió a relucir su nombre. ¡Un verdadero prodigio!
Es curioso, pero lo anterior me remonta a la “ética de la responsabilidad” que propuso el filósofo Max Weber. A través de la cual, nos invita a contrastar los medios y consecuencias de nuestro actuar, y a responsabilizarnos de las decisiones que tomamos; o, como dijera Carlos Ayala Ramírez, “cambiar la competitividad individualista por la cooperación competente y cordial”. Es decir, Weber apeló para que los humanos actuáramos impulsados por el sacrificio por los demás y no por la satisfacción de nuestros intereses individuales. Irónicamente -según el profesor Mauricio Merino- Weber asignó este tipo de ética especialmente a los políticos profesionales.
Seguramente los subalternos del gobernador andarán ansiosos, aunque “muy contentos” -como declaró el propio morenista-, ante la próxima votación sobre la inconstitucionalidad de la marrullera reforma que se le hizo a la Constitución local para cumplirle el capricho de gobernar por cinco años. Una intentona que tuvo algo positivo: nos permitió apreciar la estatura política de los actuales gobernantes (¡Ojo! Escribí “estatura” y no “altura”, que son muy distintas).
Por fin, luego de varios meses de incertidumbre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la máxima tribuna de impartición de justicia resolverá cual será el futuro político de Baja California. Un trayecto lleno de claroscuros promovidos por el propio Bonilla al desconocer las reglas del juego que, dicho sea de paso, eran muy claras desde años atrás; para luego, enviar a sus fieles forofos a que hicieran el trabajo “pesado”.
De acuerdo con el doctor Elías Díaz, el Estado de Derecho es una conquista hecha por sectores sociales que, frente a poderes despóticos y ajenos, buscaban seguridad para sus personas, sus bienes y propiedades. Para quienes no nos quedaba del todo claro qué es el “Estado de derecho”, el doctor Díaz lo define como el sometimiento del Estado al Derecho -es decir-, a la regulación y control de los poderes y actuaciones del Estado, por medio de las leyes.
Por fortuna, en nuestro país impera la división de poderes y confiamos en que los magistrados atenderán con pericia su deber con la ley y con Baja California. Después de todo, ya lo dijo Benito Juárez en voz del presidente López: “¡Nada por la fuerza! ¡Todo por la razón y el Derecho!”.
Post Scriptum. “El populismo es la homeopatía de la política”, Fran Carrillo.
* El autor cuenta es maestro en Comunicación Estratégica y doctorando en Derecho Electoral.
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